Geograficando, 2014 10(2). ISSN 2346-898X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Departamento de Geografía

 

ARTÍCULOS/ARTICLES

 

Región pampeana: Geografía y bienestar según subregiones (2010)

 

Guillermo Ángel Velázquez*, Adela Tisnés**y Néstor Javier Gómez ***
*Centro de Investigaciones Geográficas. Instituto de Geografía, Historia y Ciencias Sociales. FCH UNCPBA-CONICET.
Argentina); *** Departamento de Geografía. Universidad Nacional del Litoral-CONICET.
gvelaz@fch.unicen.edu.ar; atisnes@fch.unicen.edu.ar; jgomez@fhuc.unl.edu.ar
Argentina.

Cita sugerida: Velázquez, G. Á., Tisnés, A., Gómez, N. J. (2014). Región pampeana: Geografía y bienestar según subregiones (2010). Geograficando, 2014, 10 (2). Recuperado de: http://www.geograficando.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Geov10n02a09

Resumen
Más allá de la imagen positiva que, en términos generales, se tiene de la Región Pampeana, esta presenta fuertes asimetrías internas. Este trabajo se propone medir estas inequidades y contribuir a su explicación a través del análisis de un conjunto de indicadores socioeconómicos y ambientales significativos del grado de bienestar de su población. La información a nivel departamental (219 unidades) se analizará considerando, asimismo, sus subregiones.

Palabras Clave: Desigualdades socioespaciales; Calidad de vida; SIG; Región Pampeana; Departamentos; Argentina.

Pampas: geography and wellbeing by subregions (2010)

Abstract
Beyond the positive perception people have of the Pampas respect regions of Argentina, it has strong internal asymmetries. This work aims to measure and contribute to the explanation of these inequalities through the analysis of a set of significant environmental and socioeconomic indicators of the level of wellbeing. The information at departmental level (219 units) will be analyzed for subregions.

Keywords: Sociospatial inequalities; Quality of Life; Pampas; Departments; Argentina.


Introducción

Del mosaico de regiones que conforman la Argentina, la región pampeana es una de las que posee, en términos globales, mayor grado de crecimiento económico y de desarrollo relativo. Su hegemonía a lo largo de la formación del sistema nacional, particularmente asociada con el modelo agroexportador, ha contribuido a forjar una imagen positiva con respecto al resto de las regiones argentinas.

Del mismo modo, resulta un lugar común la expresión popular “Buenos Aires”, por un lado, y “El Interior”, por el otro. En la primera categoría, no sólo se incluye a los “porteños” (tanto los residentes en la ciudad-puerto como los de la Región Metropolitana de Buenos Aires), sino también a los que habitan en la llanura y sierras pampeanas bonaerenses. Esta expresión (en gran medida peyorativa) se utiliza para contraponerlos con aquellos argentinos que, más lejos todavía de los centros de decisión y de poder, tienen la percepción -en algunos casos justificada- de no recibir lo que “regionalmente” les corresponde.

En términos generales, para los geógrafos, organismos de planificación nacional y la sociedad en general, la región pampeana abarca las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos (desmembrada de la histórica región mesopotámica), Santa Fe (fundamentalmente centro y sur), Córdoba (principalmente el sudeste) y La Pampa (especialmente el sector oriental). Atendiendo a su grado de “centralidad” en la región, podemos definir tres grupos de provincias:

  1. Buenos Aires

  2. Córdoba y Santa Fe

  3. La Pampa y Entre Ríos

Más allá de esta definición preliminar, la comunidad geográfica argentina a través de los trabajos de referentes como Kuhn (1922), Rohmeder (1943), Frenguelli (1946), Aparicio y Difrieri (1958), Siragusa (1958), Daus (1969) Chiozza (1975-1977), Flichman (1977), Giberti (1984) o Barsky (1991), entre otros, ha ido construyendo una imagen de su diferenciación interna proponiendo diversas subregiones y sectores.

Una de las ventajas de nuestro actual medio técnico, científico y de información es la posibilidad de incrementar sustancialmente las fuentes de información, conocer más acabadamente el territorio y brindar un nuevo tratamiento a la información espacial. Por eso, en el presente trabajo proponemos una subregionalización de la Región Pampeana, de modo tal que permita dimensionar adecuadamente sus diferencias internas.

Así, dentro de la Provincia de Buenos Aires se encuentran integradas la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA, generalmente considerada una región en sí misma), parte del Delta y de la Pampa Ondulada, la Pampa Litoral, la mayoría de la Pampa Deprimida y de la Pampa Surera, y la Patagonia Bonaerense.

En Córdoba y Santa Fe (provincias de desarrollo intermedio), se encuentran comprendidas la Pampa Gringa, Sierras Pampeanas, Chaco Santafecino y un sector de la Pampa Ondulada.

Finalmente, en Entre Ríos y La Pampa (periferia regional), tenemos la mayoría del Delta, las Lomadas Entrerrianas, un sector de la Pampa Alta y la Pampa Seca (Figura 1).

Figura 1. Subregiones Pampeanas (República Argentina)

Fuente: Elaboración personal sobre la base de cartografía oficial del IGN y cartografía censal del INDEC

 

La RMBA se encuentra rodeada por la Pampa Ondulada, centrada en el eje Rosario-La Plata, y constituye el sector de más antiguo poblamiento europeo. Ambas áreas lideraron, junto con Córdoba, el primer proceso de expansión industrial argentino durante la sustitución de importaciones.

Este sector refuerza su posición por la densidad de autopistas, particularmente entre Rosario-Buenos Aires-La Plata, la presencia del puente Zárate-Brazo Largo (punto neurálgico del MERCOSUR) y el mantenimiento asimétrico de una infraestructura que responde más a las presiones de los grupos económicos concentrados que a las necesidades de la mayoría de la población. Es aquí donde se concentra la mayor densidad de población, así como la hegemonía del medio técnico, científico y de información.

En la Pampa Ondulada se presentan, asimismo, actividades primarias intensivas, en algunos casos con utilización de mano de obra extra-regional; se destacan la horticultura y la agroindustria láctea. Otras actividades como la cría de animales de granja, mascotas o floricultura, crecientemente se complementan con actividades asociadas con el “turismo rural”.

En términos de estructura urbana, lo que predomina es la creciente fragmentación socioespacial, que rompe con el clásico modelo centro-periferia que caracterizaba a las ciudades de la región. Esta nueva distribución es causada, en principio, en forma espontánea por la propia estructura social y división del trabajo; luego es reforzada por la dinámica del mercado inmobiliario y, finalmente, resulta sostenida por el Estado a partir de sus funciones de planificación y regulación del uso del suelo. Así comienza a configurase un paisaje urbano en las periferias de Rosario, La Plata, Campana, Zárate, entre otras ciudades; caracterizado por la alternancia de barrios cerrados -producto de la autosegregación de las élites locales- con la presencia, paralelamente, de producción de barrios espontáneos, propios de población excluida del mercado formal.

Aunque el interior de la provincia de Buenos Aires, en términos genéricos, aparezca en una situación relativamente favorable, posee una notable excepción: la llamada Pampa Deprimida, que se encuentra situada en la cuenca del río Salado y la depresión del Vallimanca. Esta subregión se caracteriza por ser una zona con predominancia de cría de ganado hacia el este y de invernada hacia el oeste, siempre preservando la “propiedad privada” con alambrados, que fueron introducidos muy tempranamente. Su paisaje característico resulta extremadamente plano y monótono, tan solo interrumpido por montes implantados y algunos espejos de agua.

El problema más importante que padece esta subregión se encuentra íntimamente ligado a su topografía plana y baja, por ende con escaso escurrimiento e infiltración, y que a su vez está expuesta alternadamente a situaciones de inundaciones, sequías e invasión de malezas. A estas adversidades se les anexa el agravante de los intentos de soluciones técnicas, las cuales no sólo resultaron totalmente inefectivas sino que empeoraron la situación original. Entre ellos podemos nombrar: el trazado de canales en dirección oeste-este, es decir sin pendiente, obstaculizando el escurrimiento superficial natural; el trazado de rutas y terraplenes de ferrocarriles en el sentido norte-sur, que bloquean aún más el débil escurrimiento anteriormente mencionado o la derivación de aguas de áreas afectadas a otros sitios vecinos, lo que genera así graves conflictos entre particulares y jurisdicciones administrativas.

La Pampa Deprimida posee su límite oriental en los partidos de La Costa, Pinamar y Villa Gesell que, por su importancia y particular dinamismo, asociado con el turismo estival de “sol y playa” sobre el Atlántico, ameritan su agrupamiento en una nueva subregión denominada Pampa Litoral. Esta subregión, si bien ofrece oportunidades ocupacionales estacionales, padece graves problemas de servicios e infraestructura y se encuentra sujeta a fuertes contradicciones internas.

Hacia el sur de la provincia de Buenos Aires se sitúa la Pampa Surera, que comprende un área de aptitud mixta (agrícola-ganadera), con mejores condiciones socio-económicas y ambientales. La subregión posee, en general, excelentes suelos y buenas condiciones de escurrimiento e infiltración, con un amplio litoral marítimo que se extiende desde Mar del Plata hasta Bahía Blanca, e incluye también los sistemas serranos de Tandilla y Ventania, que le otorgan un toque de distinción a la monótona llanura pampeana.

Esta subregión presenta una estructura económica más diversificada. En los valles interserranos se desarrollaron tradicionalmente actividades agropecuarias diversificadas, gran parte de las cuales fueron reemplazadas durante los noventa del siglo XX por paquetes tecnológicos de soja genéticamente modificada y agrotóxicos (biocidas), que resultan más rentables en el corto plazo, pero incrementan el desempleo tecnológico y cuyos impactos ambientales aún no han sido evaluados en su justa magnitud.

Además de las actividades primarias se suman, especialmente en las principales ciudades, actividades manufactureras y de servicios; se destacan las ciudades de Mar del Plata, Bahía Blanca, Tandil, Olavarría, Necochea-Quequén y Azul. En todas ellas, existen cabeceras o sedes de Universidades Nacionales Argentinas, como otro factor distintivo que mejora su posicionamiento relativo.

Hacia el extremo sudoeste bonaerense (partido de Patagones), se encuentra un sector de transición hacia la región patagónica, al cual denominamos Patagonia Bonaerense. Esta subregión presenta importantes limitaciones en su aptitud productiva, tanto por el tipo de suelos como por la insuficiencia y disminución de las precipitaciones.

Más allá de los límites de la provincia de Buenos Aires, se extienden las características singulares y el dinamismo económico que definen a la Región Pampeana. Así, en un segundo término, las provincias de Córdoba y Santa Fe presentan un complejo sector dinámico manufacturero de producción, industrialización y comercialización de granos, carnes, oleaginosas y productos derivados.

Es posible así delimitar otra subregión, que incluye el sudeste de Córdoba y el centro-sur de Santa Fe, caracterizada principalmente por su origen histórico común, producto de colonias agrícolas, tradicionalmente denominada Pampa Gringa. El proceso que le dio origen ha implicado un modelo de poblamiento rural más denso, que se refleja en la mayor distribución espacial de ciudades pequeñas, pueblos y población rural dispersa, con densa red de caminos y vías de ferrocarril, muchas de las cuales han sido desmanteladas durante las últimas décadas del siglo XX. En relación con el importante sector manufacturero que caracteriza a las ciudades más pobladas de esta subregión (Córdoba, Santa Fe, Rafaela, San Francisco, Villa María, Río Cuarto), se puede señalar, como un problema común, la precariedad de las periferias urbanas provocada por la disminución de empleo formal, producto del proceso de reconversión industrial y el modelo “eficientista” llevado a cabo durante los años noventa del siglo XX.

El norte de la provincia de Santa Fe presenta una clara diferencia respecto de las características anteriormente mencionadas. En principio la división departamental comienza a ser más laxa, las particularidades y dinámicas tanto productivas como climáticas y biogeográficas demuestran un claro sesgo chaqueño, debido a su carácter de zona transicional entre las regiones Pampeana y del Nordeste. Por esta singularidad, a este sector septentrional de la provincia de Santa Fe lo definimos como Chaco Santafecino.

Hacia el oeste quedaría delimitada la subregión de la Pampa Alta, que abarca el NO de Buenos Aires y E de la Pampa. En este sector, que rodea a la Pampa Deprimida, desaparecen los problemas de inundabilidad, pero se registra una sensible disminución en las precipitaciones. Su tradicional estructura ganadera de engorde ha sido crecientemente reemplazada por plantaciones de soja, lo que incrementó tanto los problemas ambientales como la concentración económica.

En el extremo NO de la Región Pampeana se configura la subregión de las Sierras Pampeanas, caracterizadas por su rico paisaje e historia, que la definen como atractivo turístico consolidado desde principios del siglo XX. La ciudad de Córdoba (segunda en el sistema urbano argentino) opera como “bisagra” entre la Pampa Gringa y las Sierras Pampeanas.

En tercer término, la periferia de la región pampeana está compuesta por las provincias de Entre Ríos y La Pampa. Entre Ríos había pertenecido históricamente a la región mesopotámica, división geográfica formal ya en desuso (cuya coherencia geográfica se definía básicamente a partir de su aislamiento). Con la construcción del túnel subfluvial (1969) y, fundamentalmente, de los Complejos Zárate-Brazo Largo (1979) y Rosario-Victoria (2003) esta provincia se incorpora claramente al espacio pampeano. Su estructura económica se encuentra aún sesgada hacia el sector primario, lo que pone en evidencia la marginación de la economía provincial con respecto al proceso de industrialización. Hay, sin embargo, una creciente diversificación de la actividad turística que, al tradicional patrimonio histórico provincial, suma la calidad de sus playas de río y las nuevas ofertas termales en Concordia, Chajarí y Federación, principalmente.

En esta provincia se presentan básicamente dos subregiones geográficas. Por un lado, las Lomadas Entrerrianas, que abarcan la enorme mayoría del territorio provincial y, por el otro, el Delta del Paraná, verdadera singularidad geográfica por sus características y localización, cuyo extremo meridional se prolonga en la provincia de Buenos Aires.

Finalmente, la provincia de La Pampa (Territorio Nacional hasta 1951) se caracterizaba generalmente por una actividad agropecuaria extensiva, con presencia de clase media de origen rural y estilo de vida urbanizado. Debe exceptuarse de esta caracterización al extenso oeste provincial, donde las condiciones ambientales se presentan más adversas y la estructura social resulta, en general, más tradicional. Por ello podríamos dividir al territorio provincial en dos subregiones: hacia el este la mencionada Pampa Alta y en el resto la Pampa Seca, una suerte de travesía con débil presencia de población rural dispersa, que se interpone -a modo de transición- entre la Pampa Húmeda, la Región Patagónica y Cuyo; es el sector más "patagónico" de la Provincia de La Pampa.

Habiendo reseñado esta presentación preliminar de las diferentes subregiones que componen el mosaico pampeano, en el punto siguiente indagaremos con mayor nivel de detalle sobre algunos aspectos teóricos y metodológicos que permitirán dimensionar sus diferencias en términos del grado de bienestar de su población.

Geografía y bienestar: Breves precisiones teóricas y metodológicas

Basándonos en nuestras propias experiencias y en trabajos previos de investigación ampliamente discutidos en ámbitos específicos (Red de Investigadores Latinoamericanos en Calidad de Vida Urbana, sesiones sobre población y calidad de vida, realizadas en las Jornadas Argentinas de AEPA y en los SEPOSAL), hemos empleado variables socioeconómicas (educación, salud, vivienda) y ambientales (problemas ambientales, recursos recreativos) para el dimensionamiento del bienestar desde una perspectiva geográfica.

A continuación desarrollamos una breve descripción de los indicadores seleccionados.

Dimensión socioeconómica

Educación:

Salud:

Vivienda:

Dimensión ambiental

Problemas ambientales (PA):

Recursos recreativos:

a) Recursos recreativos de base natural (RRBN)

(Fuente: Información Municipal/terreno/imágenes satelitales)

b) Recursos recreativos socialmente construidos (RRSC)

(Fuente: Información Municipal/terreno)

Luego de enumerar cada variable, explicaremos cómo utilizaremos esta información para elaborar un índice que abarque los aspectos que hemos considerado separadamente.

El primer paso para la construcción del índice de calidad de vida es la transformación de las tasas en números-índice parciales, la que se realizó según el tipo de variable con el siguiente procedimiento:

  1. Variables de costo (Problemas ambientales, Población con nivel de instrucción menor a primario, Población residente en hogares hacinados, Población sin obra social, Población sin retrete de uso exclusivo, viviendas deficientes y TMI).

Máximo - a

|=

Máximo-mínimo

 

  1. Variables de beneficio (Población con nivel de instrucción universitario, Recursos recreativos de base natural y Recursos recreativos socialmente construidos).

Máximo - b

|= 1 -

Máximo-mínimo

Una vez transformadas las variables, resulta posible la elaboración del índice de calidad de vida.

La composición del índice propuesto es la siguiente:

Dimensiones y variables del Índice de Calidad de Vida:


Variable

Peso parcial (%)

Peso Total (%)

Dimensión

Socioeconómica

Educación

Ed<1ria

10


Eduniversit

10

20

Salud

TM

10


Sobsocial

10

20

Vivienda

Sretrete

10


Hacinam

10

20

Dimensión

Ambiental




ICA

RRBN

10


RRSC

10


PA

20

40

Total



100

Referencias: Ed<1ria: % de población que ya no asiste de 15 años y más sin nivel primario completo, Eduniversit: % de población que ya no asiste de 15 años y más con nivel de instrucción universitario completo. TMI: Tasa de mortalidad infantil, Sobsocial: % de población sin obra social ni mutual, Sretrete: % de población que reside en viviendas que carecen de inodoro de uso exclusivo o no posee descarga de agua, Hacinam: % de población en hogares con más de 2 personas por cuarto, ICA: índice de calidad ambiental (Velázquez y Celemín, 2013), RRBN Recursos recreativos de base natural, RRSC Recursos recreativos socialmente construidos, PA: Problemas ambientales.

Análisis de las desigualdades inter-regionales pampeanas
  1. DIMENSIÓN EDUCACIÓN

La población con instrucción deficiente acusa mayor proporción en Chaco Santafecino, Pampa Seca, Delta y Sierras Pampeanas; en segundo lugar, tenemos las subregiones de la Patagonia Bonaerense, Pampa Alta y Lomadas Entrerrianas; finalmente, se destacan con mejores situaciones relativas las Pampas Ondulada y Surera.

El otro extremo de la pirámide, es decir el segmento de la población con nivel universitario completo, muestra algunas características territoriales semejantes, especialmente la posición desfavorable del Chaco Santafecino, Pampa Seca y Sierras Pampeanas. Por su parte, las subregiones con mayor tradición urbana concentran la mayor proporción de población universitaria, en principio por disponer desde un período más extenso de centros de educación universitaria y, en segunda instancia, porque el mismo proceso histórico configuró mayor diversificación a su estructura social. En directa vinculación con esta apreciación, puede verse también cómo las subregiones de las Pampas Surera y Gringa, donde se localizan centros urbanos de segundo orden y con sedes de Universidades Nacionales aparecen también en buena posición relativa.

Figura 2: Indicadores de la Dimensión Educación. Subregiones Pampeanas (2010)

Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal. Cuartiles definidos por valores nacionales.

  1. DIMENSIÓN SALUD

Respecto de la TMI, es posible definir tres grandes grupos de subregiones. Por un lado, el Chaco Santafecino, Sierras Pampeanas, Pampa Ondulada y Litoral que acusan altas tasas; en un segundo nivel pueden ubicarse las subregiones del Delta, Pampa Deprimida y Seca; finalmente, aparecen aquellas subregiones que se agrupan en los cuartiles con tasas más bajas, como las Pampas Gringa, Surera, y Alta.

La cobertura social exhibe, en general, buena situación relativa. Las peores situaciones se observan en los "bordes" de la región: Chaco Santafecino, Sierras Pampeanas, Pampa Seca y Patagonia Bonaerense.

Figura 3: Indicadores de la Dimensión Salud. Subregiones Pampeanas (2010)

Fuente: Censos Nacionales, Ministerio de Salud de la Nación y elaboración personal. Cuartiles definidos por valores nacionales.

  1. DIMENSIÓN VIVIENDA

En relación con la población que padece hacinamiento, podemos ver cómo la mejor situación relativa se ve representada por las subregiones de las Pampas Surera, Gringa, Alta y Deprimida; en un segundo escalón se sitúa la Pampa Ondulada; finalmente, las subregiones del Chaco Santafecino, Patagonia Bonaerense, Lomadas Entrerrianas, Delta y Pampa Litoral sufren en mayor medida este problema.

Por su parte, el porcentaje de población sin retrete muestra diferencias más amplias entre las subregiones pampeanas. En los extremos encontramos a la Pampa Surera con porcentajes muy bajos, mientras que el Chaco Santafecino sufre los más altos. Con situaciones favorables, aparecen el resto de las subregiones vinculadas con la provincia de Buenos Aires, como las Pampas Litoral, Deprimida, Ondulada y Alta.

Figura 4: Indicadores de la Dimensión Vivienda. Subregiones Pampeanas (2010)

Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal. Cuartiles definidos por valores nacionales.

  1. DIMENSIÓN AMBIENTAL

Finalmente, aunque las dimensiones de educación, salud y vivienda constituyan tres pilares básicos de la calidad de vida de la población, la inclusión de la dimensión ambiental en el análisis no resulta menos importante.

Considerando los RRBN, se destacan en primer lugar las Sierras Pampeanas, en las que el pintoresco relieve se complementa con espejos, cursos de agua y balnearios naturales. Otra área notable es el litoral de las Lomadas Entrerrianas, en el cual la presencia de destacados cursos y espejos de agua (con excelentes playas de río) se integra con centros termales consolidados, especialmente en el corredor del río Uruguay. También sobresale la costa atlántica bonaerense, con sus playas y balnearios, que se complementa en sus adyacencias con las sierras de Tandilia y Ventania (Pampas Litoral y Surera). También deben señalarse algunos recientes centros termales. En el resto del territorio pampeano, también está el área de la costa santafecina que cuenta con balnearios sobre el Paraná. Este primer conjunto es el que presenta con los mejores recursos recreativos de base natural, lo que genera un entorno atractivo para el esparcimiento cotidiano de su población.

En segundo término tenemos las inmediaciones de las Sierras Pampeanas, costa norte santafecina, interior de las Lomadas Entrerrianas, Pampas Litoral y Surera. Algunas zonas del sudeste de la provincia de La Pampa (Pampa Alta) también aparecen aquí por la presencia de termas, parques o espacios verdes destacados. En este grupo, los recursos recreativos de base natural se encuentran más alejados o no resultan tan significativos como en el primero.

El tercer grupo incluye gran parte de la Pampa Gringa, el interior de la provincia de Buenos Aires (fundamentalmente la Pampa Deprimida), norte de las Lomadas Entrerrianas y diversos departamentos de la Pampa Alta. Este conjunto de territorio es el más numeroso, posee menor dotación de recursos recreativos y se encuentra más alejado de los que resultan destacables. En general, la puntuación resultante se basa en elementos menores como parques y espacios verdes o pequeños balnearios.

Finalmente, el territorio más carente de recursos recreativos lo constituyen la Pampa Seca, algunos departamentos santafecinos, del oeste bonaerense y la periferia de la RMBA. Aquí los atractivos “naturales” resultan particularmente escasos en función de la población residente, por lo que normalmente sólo los grupos de mayores ingresos logran acceder a otras formas de esparcimiento (socialmente construido) en virtud de su capacidad de consumo.

Respecto de los RRSC, tenemos en primer lugar las áreas centrales de las principales ciudades (Córdoba, Rosario) que, por su escala urbana, brindan servicios de especial jerarquía. También se destacan las capitales provinciales (Santa Rosa en La Pampa, Paraná en Entre Ríos, Santa Fe en la provincia homónima, La Plata en Buenos Aires) y algunas localidades intermedias como Mar del Plata que cuentan con importantes RRSC.

En segundo término se presenta un grupo de departamentos que rodean a los primeros y cuya cabecera posee menor jerarquía urbana. A grandes rasgos, se trata de localidades menores a los 100.000 habitantes, que poseen razonable dotación de servicios (educativos, sanitarios, comerciales), pero no grandes atractivos socialmente construidos para el esparcimiento cotidiano de su población.

Un tercer escalón reúne alta proporción de departamentos, bastante carentes aún en lo que respecta a amenidades socialmente construidas. Estos se encuentran más alejados de los atractivos y sus cabeceras son pueblos grandes, por debajo de los 50.000 habitantes. Cuentan, tan sólo, con servicios (educativos, sanitarios, comerciales) básicos, y menos significativos aún son los destinados a la recreación.

Finalmente, en el grupo más desprovisto de estos recursos están los departamentos de las Pampas Deprimida y Seca. En todos los casos se trata de pueblos bastante pequeños, donde reina la tranquilidad extrema, que se caracterizan por ser centros emisores de juventud y de aquellos segmentos poblacionales que presenten mayores inquietudes.

Finalmente, los mayores PA se presentan claramente en torno de la RMBA, en donde se combinan negativamente la fuerte presencia de industrias, contaminación, ruido, congestionamiento, asentamientos precarios, basurales e inundabilidad. El resto de las capitales provinciales también se incluyen en este grupo: existe correlación positiva entre jerarquía urbana y problemas ambientales.

En un segundo escalón se distingue una combinación de situaciones: por un lado, el corazón de la explotación sojera de la pampa húmeda en el sur de Santa Fe, gran parte de Córdoba (Pampa Gringa) y norte de Buenos Aires (Pampa Ondulada), donde el problema excluyente es el uso de agrotóxicos. Por el otro, una serie de localidades intermedias en las cuales hay diversos problemas (inundabilidad, industria, localizaciones peligrosas).

En los dos grupos con menores problemas nos encontramos con numerosos departamentos que carecen de industrias. Asimismo, la aplicación de agroquímicos resulta menor y, en general, estos departamentos carecen de otro tipo de riesgos, ya que predomina la actividad ganadera extensiva, de relativamente bajo impacto ambiental.

Figura 5: Indicadores ambientales. Subregiones Pampeanas (2010)

Fuente: Velázquez y Celemín (2013)

  1. EL ÍNDICE DE BIENESTAR EN LA REGIÓN PAMPEANA

La Región Pampeana, es, luego de la Patagónica, la región con mejor calidad de vida en la Argentina. Esta situación es heterogénea a su interior y puede ser analizada a partir de dimensiones socioeconómicas y ambientales significativas que nos permiten sintetizar la situación de cada departamento y subregión.

La región exhibe cierta degradación hacia sus bordes. Tal como mencionamos al principio de este trabajo, podemos distinguir tres sectores: a) El área central, con mayor desarrollo relativo, que comprende la mayor parte de Buenos Aires, exceptuando la Pampa Deprimida y zona de contacto con la RMBA; b) Santa Fe y Córdoba, con índices relativamente altos de bienestar y con zonas de transición hacia otras regiones al norte, y c) un área relativamente periférica (La Pampa y Entre Ríos).

En términos de subregiones, en un primer escalón se sitúan las Pampas Surera y Gringa, cuyas buenas condiciones se vinculan con su estructura económica y social diversificada, lo cual se traduce en indicadores relativamente buenos en lo que respecta a educación, salud y vivienda. La primera se beneficia, además, por su destacada dotación de RRBN (playas de mar y sierras).

En contraposición, la peor situación relativa se registra en los bordes regionales: Chaco Santafecino, Oeste Pampeano y Sierras Pampeanas. En todos los casos su estructura económica y social resulta más simple y dicotómica, lo que perjudica las condiciones de vida de la mayoría de su población. En los dos primeros casos se suman, además, problemas ambientales de magnitud considerable.

Otras subregiones, como las Pampas Ondulada o Litoral, exhiben diversos grados de contradicción. La Pampa Ondulada tiene condiciones socioeconómicas relativamente buenas pero su dotación de RR es relativamente baja y padece, además, problemas ambientales. La Pampa Litoral, por el contrario, posee RRBN pero, a pesar de los intentos de diversificación y extensión de las temporadas, continúa evidenciando la vulnerabilidad del turismo estacional en su estructura socio-económica.

Figura 6: Índice de Calidad de Vida. Subregiones Pampeanas (2010)

Fuente: Elaboración personal sobre la base de Censos Nacionales, Estadísticas vitales e indicadores ambientales. Cuartiles definidos por valores nacionales.

 
Reflexiones finales

Los resultados expuestos nos han permitido demostrar que la región más “destacada” en el proceso histórico de conformación del Estado argentino posee fuertes inequidades en su interior, y que estas asimetrías son cambiantes de acuerdo con la dimensión de análisis utilizada. Tal es así que algunas subregiones aparecen resaltadas en algunos aspectos y luego muy postergadas en otros. A modo de ejemplo, podríamos citar el positivo comportamiento de la Pampa Deprimida respecto del hacinamiento y su adversa situación respecto de sus condiciones ambientales.

Fue posible corroborar también que algunos indicadores, como es de esperar en una regionalización, exhiban un comportamiento menos asimétrico al interior de la región Pampeana, como por ejemplo el hacinamiento o la carencia de retrete. Otros, por el contrario, denuncian diferencias sustanciales que parecían inadmisibles al comienzo del trabajo, como ocurre con la TMI, la población con nivel universitario o los recursos recreativos.

Finalmente, gracias al análisis sintético presentado mediante el índice de calidad de vida, en el que las situaciones particulares extremas tienden a integrarse, es posible llegar a una mejor interpretación de las diferentes realidades intra-regionales.

Los resultados obtenidos nos permiten afirmar que las situaciones extremas tienden a retroalimentarse: tanto las negativas, lo que impide salir de las condiciones adversas, como las positivas, lo que permite sostenerse en las mejores condiciones de bienestar.

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Recepción: 5 de mayo de 2014
Aceptación:
24 de junio de 2014
Publicado: 10 de diciembre de 2014

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