Geograficando, vol. 12, nº 1, e008, junio 2016. ISSN 2346-898X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Departamento de Geografía

 

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

 

Gabriel Esteban Merino. Luchas por la conducción del Estado en Argentina entre 1999 y 2003: El Grupo Productivo y el Cambio del ¨modelo¨. EdUNaM. Editorial Universitaria de la Universidad Nacional de Misiones. Primera edición: agosto de 2015, 382 pp. ISBN 978-950-579-383-9

 

Mario Oporto

Diputado Nacional

 

Cita sugerida: Oporto, M. (2016). [Reseña del libro Luchas por la conducción del Estado en Argentina entre 1999 y 2003: El Grupo Productivo y el Cambio del ¨modelo¨, por G. Merino]. Geograficando, 12 (1), e008. Recuperado de http://www.geograficando.fahce.unlp.edu.ar/article/view/Geov12n01a08

 

Notas sobre Luchas por la conducción del Estado en Argentina entre 1999 y 2003: El Grupo Productivo y el Cambio del ¨modelo¨ de Gabriel Merino

1.Pensar el pasado es pensar el presente, y desde el presente, el futuro. En esa tarea, este libro, académico y comprometido, de Gabriel Merino es un material indispensable para las discusiones clave de la Argentina y del continente.

2. El Estado siempre fue un espacio de disputa ideológica y de lucha de territorialidades. De esa disputa depende su identidad. De acuerdo con los gobiernos y las alianzas que estos establezcan, estará orientado hacia la “sociedad” o hacia las fuerzas dominantes del“mercado”.

3. Durante los años '90 hubo una clara dirección  a favor del mercado, en el que se delegaron los servicios públicos de consumo mientras se descuidaban prestaciones estatales clave como la salud, la educación y el sistema de jubilaciones. A partir del 2003, el Estado vuelve a cumplir con sus funciones elementales. En el medio de los dos bloques temporales, el neoliberalismo de los '90 y el proyecto popular iniciado en el 2003, ocurre la crisis del 2001.

4. Este ensayo exhaustivo del joven sociólogo y doctor en ciencias sociales Gabriel Esteban Merino —docente, investigador— parte de este núcleo crítico de la historia argentina reciente con el objeto de considerar los aspectos ligados a la reconstrucción de la industria nacional y a la participación en ella del sector productivo, y cómo ello se expresa en luchas entre proyectos políticos estratégicos en el territorio nacional.

5. El "interregno" presidencial del senador Eduardo Duhalde se extendió desde el 2 de enero de 2002 al 25 de mayo de 2003, producto de la aplicación de la Ley de Acefalia contemplada en la Constitución Nacional. Sucedía a la crisis política provocada por la renuncia de Fernando de la Rúa a la presidencia que había asumido apenas dos años antes. Los capítulos 6 y, fundamentalmente, el 7 del libro describen aquel momento histórico y tientan a la comparación con la breve presidencia del "vice" Carlos Pellegrini (1890-1892) tras la crisis económica de 1890, la rebelión de la Unión Cívica y la renuncia del presidente Juárez Celman.

6. Como muchos hechos clave de la historia, la crisis del 2001 se "veía venir". En su última fase —en la primera, la responsabilidad fue de Menem / Cavallo— fue mal conducida por el gobierno de Fernando de la Rúa, quien no sólo no la advirtió en los inicios de su mandato sino que directamente la negó de una manera tan irresponsable que llevó al país primero al Megacanje y después a la cesación de pagos.

7. Merino parte del nuevo entramado que se teje a partir de la crisis, incluso de un poco antes, para analizar los pactos entre los actores de la producción nacional (con protagonismo de la Unión Industrial Argentina) y las disputas, que nunca son solamente económicas sino que también son políticas e ideológicas. Merino rastrea las profundidades de la llamada burguesía “nacional”, de los llamados “capitanes de la industria” y de los intereses que siempre los han impulsado a darle al país una inclinación específica a un modelo productivo que durante décadas soporta tensiones internas.

8. De este modo, el autor pone a consideración diversos problemas:

a) si la industria debe ser nacional o internacional,

b) si se debe producir exclusivamente para la renta o para la renta y el trabajo,

c) si se invierte pensando en el empleo como una remuneración sostenida por el derecho o como un gasto, como es preferencia de los sectores liberales.

Son antiguos problemas planteados a lo largo de la historia del debate sobre cómo organizar a la sociedad argentina. Merino pone la "economía política en disputa", analizándola desde la sociología económica-política y desde una mirada historiográfica.

9. Detrás de estas disputas, que no dejan de ser sectoriales, laten otras más profundas que se vinculan con la decisión de tener o no tener una economía nacional y de tener o no tener independencia política y soberanía económica. Gabriel Merino aborda en el capítulo 1 el marco teórico del problema para luego entrar en los sucesivos capítulos (2, 3 y 4) en las profundidades del Grupo Productivo, que rastrea desde sus orígenes en la mitad de la década del  ´90. Allí ubica el tema dentro de "la crisis financiera global" que se inicia en 1994 en México (la crisis del Tequila) y que se prolonga en 1997 en el sudeste asiático y en Brasil en 1998.  Pone la lupa en el impacto local de estos acontecimientos de la economía internacional capitalista.

10. Es destacable el trabajo sobre el plano ideológico-cultural de la coyuntura histórica que se investiga. Hay en este estudio un camino historiográfico que aporta a la historia del pensamiento argentino en general y al de los industriales en singular. La tensión entre industria y construcción de la Nación en un tópico al que el libro de Merino ingresa con profundidad. Liberalismo, Desarrollismo e Industrialismo Nacionalista —según la clasificación que Merino elige— sirven para ordenar las tendencias ideológicas, las internas y los enfrentamientos de los distintos proyectos industriales que navegan las amplias aguas del mundo industrial.

11. Para quienes consideran con una falsa inocencia calculada que la economía es una dimensión paralela y pretendidamente técnica de la política, Merino hace girar su estudio sobre la idea de que la economía es exclusivamente política. De modo que lo que siempre está presente en las discusiones sobre economía es qué tasa de humanismo presenta. Ford, Taylor, Marx y Keynes son algunos nombres para definir sistemas que presionan o ceden ante el capital o el trabajo. El Estado es el que debe administrar esas fuerzas sin dejar de considerar que su rol no es de ningún modo el del mercado.

12. El embrión del Movimiento Productivo Argentino (MPA) que estudia Merino puede fecharse, como ya señalamos, en 1994, año del Efecto Tequila que puso en crisis la economía de México. Desde ese momento, pero también desde más atrás (por decirlo  rápidamente: desde el fondo de la historia de la economía moderna), el autor ata cabos con inteligencia y solidez académica para mostrarnos un paisaje completo. Lo hace con el puntillismo minucioso de la tarea del historiador: describiendo detalles, aportando datos, analizando gabinetes, buscando explicaciones a los enfrentamientos no sólo de clases sino también dentro de las propias clases y de los bloques de poder.

13. Uno de los grandes logros de este trabajo es el estudio de la ideología de los industriales argentinos. Lo hace a partir de la búsqueda de historias particulares en la que cada industrial es industrial y también ideólogo de su empresa y del tipo de Estado con el que prefiere relacionarse. Pero si bien la industria o el Bloque Productivo tienen sus internas ideológicas también tienen su "adversario" externo: el Bloque Financiero, dedicado a la especulación; es decir, a la máxima ganancia con riesgo cero. Los emergentes de esta calamidad, curiosamente, son ciertos ministros de economía. Porque Cavallo, pionero del Plan de Convertibilidad por el cual un peso era igual a un dólar, no es el primero sino uno más en una serie fatal. Lo antecedieron Álvaro Alsogaray y Adolfo Martínez de Hoz, por citar a sólo dos exponentes del liberalismo salvaje. Ello implica que existe una tradición antiindustrialista que ha favorecido al Bloque Financiero desde el corazón mismo del Estado.

14. Otras antinomias y otros actores aparecen a lo largo de las páginas de la tesis doctoral de Gabriel Merino. Un ejemplo es el clásico enfrentamiento entre Campo versus Industria (o Sociedad Rural vs. UIA).  Otro es el juego de poder de la Iglesia durante la crisis y el intento de construir una "mesa de diálogo". El papel de la CGT, la CTA y el conjunto del movimiento obrero. La ya mencionada "contraofensiva" del sector financiero y sus golpes de mercado. También aparecen el juego electoral (principalmente las elecciones legislativas de 2001), el papel histórico de las distintas conducciones del Estado y el rol de los más influyentes políticos de la época.

15. Un aspecto que le agrega interés a una obra que es ya de lectura ineludible para quienes pretendan ingresar al estudio de la época abarcada o del debate desarrollado es la relación establecida con la "disputa en el núcleo del poder mundial". Otros trabajos anteriores de Merino ya habían anticipado una metodología de análisis que siempre parte de —y nunca abandona— la situación internacional y sus relaciones de poder. Tampoco sus trabajos eluden observar desde la periferia latinoamericana el estadio histórico del modelo mundial capitalista.

16. A modo de conclusión, Gabriel Merino sintetiza: "El surgimiento del Grupo Productivo coincide con el desarrollo en Argentina de una de las crisis más importantes de su historia, constituyendo uno de los eslabones de la crisis global que se despliega en el mundo  capitalista desde la crisis del sudeste asiático, hace foco en los países emergentes e inaugura una nueva etapa histórica". Y agrega que desde el GP (UIA, CAC, CRA) el neodesarrollismo articuló "a otras fracciones organizadas en distintas cámaras empresariales de burguesía nacional y pequeña burguesía nacional, y logró confluir en el desarrollo de una fuerza político  social, el MPA, para posicionarse como sujeto dominante de un cambio del proyecto político estratégico en la Argentina".

17. Cada vez que se discuten estas cuestiones, lo que se discute en la Argentina, aun de modo indirecto, es sobre el peronismo. Sobre si la economía del Estado es más o menos justicialista. Si, como señalamos más adelante, el periodo político conducido interinamente desde el gobierno nacional por Eduardo Duhalde a principios del siglo XXI lleva a la tentación de la comparación histórica con el "interregno" de Carlos Pellegrini a finales del siglo XIX (e incluso a las trayectorias y comportamientos políticos de ambos personajes), desde una mirada política la aparición del MPA nos seduce con una prospectiva que desembocará en el gobierno de Néstor Kirchner, el enfrentamiento electoral entre Cristina Fernandez de Kirchner y Chiche González de Duhalde en el 2005 y la secesión de Sergio Massa a partir de las elecciones de 2013.

18. Si algo nos revela el trabajo Luchas por la conducción del Estado en Argentina entre 1999 y 2003: el Grupo Productivo y el cambio del “modelo”, de Gabriel Esteban Merino, son dos procesos bien marcados, con un anclaje permanente en las dimensiones espaciales y temporales. El primero recrea y analiza en profundidad cómo fue que llegamos a la crisis de 2001. El segundo, cómo fue que pudimos salir de esa oscuridad, con qué herramientas institucionales y con qué actores. Las cosas parecen estar claras: llegamos por la especulación y salimos con producción. En el primer caso gobernó el mercado, mientras que en el segundo gobernaron la política, la soberanía popular y el poder democrático.

 

 

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