Geograficando, vol. 19, nº 1, e125, mayo - octubre 2023. ISSN 2346-898X
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Departamento de Geografía

Artículos

Desigualdad y calidad de vida objetiva en la provincia de Buenos Aires

Sofía Estela Ares

Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (UNMdP-CONICET), Universidad Nacional de Mar del Plata / Grupo de Estudios sobre Población y Territorio, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina
Alejandra Denise Auer

Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (UNMdP-CONICET), Universidad Nacional de Mar del Plata / Grupo de Estudios sobre Población y Territorio, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata / Grupo de Estudio de Agroecosistemas y Paisajes Rurales, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina
Claudia Andrea Mikkelsen

Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (UNMdP-CONICET), Universidad Nacional de Mar del Plata / Grupo de Estudios sobre Población y Territorio, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Mar del Plata / Centro de Investigaciones Geográficas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Argentina
Cita recomendada: Ares, S. E., Auer, A. D. y Mikkelsen, C. A. (2023). Desigualdad y calidad de vida objetiva en la provincia de Buenos Aires. Geograficando, 19(1), e125. https://doi.org/10.24215/2346898Xe125

Resumen: El objetivo del artículo es analizar la calidad de vida objetiva de los habitantes de los distritos de la provincia de Buenos Aires (Argentina), exceptuando los partidos del Gran Buenos Aires (GBA), y explicar las diferenciaciones territoriales a partir de dos variables como el Producto Bruto Geográfico (PBG) per cápita (2003) y la Tasa anual de crecimiento intercensal (2001-2010). Se aplicó una metodología de naturaleza cuantitativa, basada en la obtención de indicadores a partir de fuentes de datos secundarias. En primer lugar, se construyó el índice de calidad de vida con indicadores que integran las dimensiones Educación y Empleo, Saneamiento y Vivienda, Comunicación y Conectividad (TICS), y Ambiente. En segunda instancia, se evaluó la asociación estadística entre el indicador sintético de calidad de vida y dos indicadores, uno de naturaleza económica como el PBG (2003) y el otro de orden demográfico, la tasa de crecimiento anual intercensal para el periodo 2001-2010. Los resultados evidencian la presencia de desigualdades territoriales en referencia a la calidad de vida de la población y el potencial explicativo de las variables independientes propuestas.

Palabras clave: Calidad de vida objetiva, Provincia de Buenos Aires, Indicadores, Desigualdades territoriales.

Inequality and objective quality of life in the Province of Buenos Aires

Abstract: The aim of the article is to analyze the objective quality of life of inhabitants in the districts of the Province of Buenos Aires (Argentina), excluding Greater Buenos Aires (GBA), and to explain territorial differentiations with two variables such as the Gross Geographical Product (GGP) per capita (2003) and the annual intercensal growth rate (2001-2010). A quantitative method was applied, based on obtaining indicators from secondary data sources. First, a quality-of-life index was constructed, with indicators in the areas of education and employment, sanitation and housing, communication and connectivity (TICs) and environment. Then, a statistical association was analyzed between the synthetic indicator of quality of life and two indicators: the GGP (2003), of an economic nature, and the annual intercensal growth rate for the period 2001-2010, showing demographic order. The results evidence the presence of territorial inequalities in the quality of life, and the explanatory potential of the independent variables proposed.

Keywords: Objective quality of life, Buenos Aires Province, Indicators, Territorial inequalities.

Introducción

Cómo vive la población, cómo es su calidad de vida o qué se necesita para tener una buena vida son cuestiones que ocupan y preocupan a diversas disciplinas sociales, como la Filosofía, la Economía, la Geografía, la Historia, la Psicología, la Sociología, la Arquitectura y la Política.

Calidad de vida es un concepto que tiene en cuenta el contexto en el que las personas desarrollan su vida. Su etimología data de la década de 1930, aunque su desarrollo se inicia en la década de 1970 con el emblemático texto de Campbell, Converse y Rodgers (1976) “La calidad de vida estadounidense: percepciones, evaluaciones y satisfacciones”, que se convirtió en un clásico de la materia (Tonon, Martínez, Mikkelsen, 2022, en prensa).

Desde la Geografía es central reflexionar en torno a las desigualdades territoriales que los trabajos sobre calidad de vida objetiva permiten expresar. En los estudios de calidad de vida el enfoque territorial pone en evidencia la existencia de fragmentos de bienestar y de carencias, su distribución, agrupamiento y dispersión. Por consiguiente, estudiar la calidad de vida de la población implica reconocer a nivel espacial la convivencia y superposición de poblaciones, empresas, Estados, organismos no gubernamentales, entre otros actores, que usan el territorio de maneras diversas, no siempre acordes con el bien común, y por ende injustas. Por tanto, propender hacia una vida de calidad es un objetivo que todas las sociedades han pretendido y buscado.

Veenhoven (1998) explica que la categoría calidad de vida abarca por lo menos tres significados: 1) calidad del entorno en que vivimos; 2) calidad de acción y 3) disfrute subjetivo de la vida. En el primer caso, la calidad de vida se encuentra mediada por el lugar, categoría que conforma la constelación conceptual de los estudios geográficos (Haesbaert, 2014). El lugar refiere al medio construido en el cual los sujetos desarrollan su vida cotidiana, donde los objetos técnicos y las acciones sociales entablan relaciones solidarias y a la vez conflictivas, que con el devenir de la historia van produciendo el espacio. El espacio es condicionado por la calidad de vida de los sujetos y, al mismo tiempo, es su condicionante. La calidad de acción, es decir, cómo los sujetos afrontan la vida, se vincula con la capacidad de agencia, con la capacidad para vivir. Finalmente, el disfrute subjetivo, tal como expresa Veenhoven, refiere a la calidad de vida en cuanto al contento o regocijo, por lo cual el foco está puesto en la experiencia personal. Así, la buena vida es la que a uno le gusta vivir (Veenhoven, 1998).

Respecto de las múltiples dimensiones de la calidad de vida, Bailly y Reynaud propusieron un análisis crítico sobre los aspectos habitualmente considerados para caracterizarla, donde no todos los factores tienen la misma importancia (Bailly et Reynaud, 1981, p. 9, citados por Racine, 1984, p. 72). Este autor advierte que introducir la dimensión espacial en los estudios de calidad de vida permite explicar las causas de ciertas relaciones asimétricas. Es decir, en las disparidades en la productividad, en el potencial de empleo, en la difusión de información, en la innovación, que en definitiva son resultado del poder desigual (Bailly et Reynaud, 1981, p. 26, citados por Racine, 1984). En consecuencia, las relaciones de poder y su dimensión espacial son fundamentales para comprender las inequidades: "la geografía del bienestar se centra en el conjunto de relaciones que los hombres tejen entre sí y con su territorio, para comprender las satisfacciones que derivan de estas relaciones y de las desigualdades que resultan de ellas" (Bailly et Reynaud, 1981, p. 49, citados por Racine, 1984, p. 73).

En la actualidad se entiende la calidad de vida como categoría multidisciplinar y multidimensional, consenso al que se arriba en la década de 1990 cuando desde la International Society for Quality of Life Studies (ISQOLS) y el Instituto de Investigaciones sobre Calidad de Vida (IRQV) de la Universidad de Girona (España) se potencian y desarrollan investigaciones de modo integrado e interdisciplinario (Mikkelsen, Molgaray y Tonon, 2017), que en su veta espacial persiguen como meta evidenciar las injusticias territoriales. En este sentido, interesa destacar que la justicia no es un valor que permanezca tan sólo en un plano superestructural, sino que tiene una dimensión espacial.

En función de lo expuesto, el objetivo del artículo es analizar la calidad de vida objetiva de los habitantes de los partidos de la provincia de Buenos Aires (Argentina), exceptuando los partidos de la Región Gran Buenos Aires (GBA), y explicar las diferenciaciones territoriales a partir de dos variables como el Producto Bruto Geográfico (PBG) per cápita (2003) y la Tasa anual de crecimiento intercensal (2001-2010), para evidenciar desigualdades territoriales producto de diversos procesos que se cristalizan en el espacio provincial. Metodológicamente se parte de estrategias ya probadas y ensayadas previamente (Lucero, Mikkelsen, Ares y Sabuda, 2015; Mikkelsen, Ares, Gordziejczuk y Picone, 2018; Auer, Mikkelsen y Ares, 2020, entre otros), como también de la revisión de metodologías internacionales.

El trabajo se estructura en cuatro apartados. Luego de la Introducción, se presentan la metodología empleada y el universo de análisis. En el siguiente apartado se exponen y discuten los resultados. El trabajo se cierra con algunos comentarios finales.

Metodología

Caracterización del universo de análisis

La provincia de Buenos Aires tenía hacia 2010 una población de 15.625.084 habitantes (INDEC, 2010); los datos provisionales del Censo de 2022 indican la presencia de 17.569.053 habitantes (INDEC, 2023).

En esta provincia se concentra la mayor densidad técnica, científica, informacional y demográfica de la Argentina. También en ella se aglomeran las mayores desigualdades con fuertes procesos de fragmentación (Velázquez y Gómez, 2016). Interesa dejar señalada la distinción entre el Gran Buenos Aires (GBA), que incluye la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los veinticuatro partidos circundantes (INDEC, 2003), y lo que se suele denominar Interior de la provincia de Buenos Aires. El primero corresponde al centro económico administrativo de la Argentina, área de más antiguo poblamiento europeo y que ha liderado con Córdoba el proceso de expansión industrial (Velázquez y Gómez, 2016), sede de las autoridades nacionales y ejemplificadora del macrocefalismo de la Argentina, característica que comparte con el resto de las grandes capitales de América Latina. Por su parte, el Interior de la provincia ha tenido una función central en cuanto a la producción de bienes primarios. Estos aspectos han influido considerablemente en la configuración espacial resultante, en la que muchas de las localidades contribuyeron en el avance de la “frontera blanca y europea” sobre los pueblos originarios (Linares y Velázquez, 2012; Velázquez y Gómez, 2016), con localidades que cumplen en la actualidad diversas funciones, aunque con un sistema urbano desequilibrado y de esquema concentrado (Figura 1).

Las áreas ecológicas reconocidas para la provincia se definen con base en características de relieve, suelo, patrón de drenaje y vegetación, y son el Delta, la Pampa Ondulada, Pampa Plana, Pampa Deprimida, Pampa Patagónica, Pampa Alta, Sierras de Tandil, Sierras de la Ventana y Costa Atlántica (Figura 1). En el Delta, a fines del siglo XIX se sumaron a las actividades primarias los primeros indicios de actividades turísticas y recreativas-deportivas. Ya avanzado el siglo XX, a estas prácticas se agregaron urbanizaciones cerradas en la costa occidental y la intensificación de los usos turístico-recreativos.

Figura 1
Provincia de Buenos Aires: áreas ecológicas y localidades
Provincia de Buenos Aires: áreas ecológicas y localidades
Fuente: Elaboración de las autoras sobre la base de Reboratti (2012) e INDEC (2010).

Si bien la agricultura y la ganadería son las actividades dominantes (Reboratti, 2012), en la Pampa Ondulada el paisaje se caracteriza por campos con cultivo, mientras que en la Pampa Deprimida las unidades de producción ganaderas bajo pastizales naturales o seminaturales continúan siendo los elementos dominantes del paisaje, dadas las limitantes edáficas. El sector denominado Costa Atlántica constituye el límite marítimo de la Pampa Deprimida al norte, y de la Pampa Alta y Sierras de Tandil al sur. Se caracteriza por el uso intensivo del suelo y de los recursos naturales, principalmente por la presencia de localidades de diverso tamaño. La Pampa Alta, incluyendo los sectores serranos de Tandilia y Ventana, tiene suelos de aptitud agro-ganadera. Dentro de las actividades agrícolas presenta subsistemas frutihortícolas, paperos y cerealeros. Es una zona que tiene, además, ciudades importantes con actividades económicas diversificadas. Por último, la Pampa Patagónica presenta limitantes climáticas y edáficas. No obstante, es una zona de cultivos hortícolas y cereales. Además, se desarrolla la ganadería, situación que fomenta el permanente desmonte a ritmos acelerados (Reboratti, 2012).

Técnicas y fuentes de datos empleadas

Metodológicamente se ha trabajado con técnicas de análisis multivariado, para calcular un Índice de Calidad de Vida Objetivo (ICdVO) que reúne 15 indicadores pertenecientes a cuatro dimensiones (Tabla 1). El ICdVO luego se puso en diálogo con otro conjunto de variables para dar contenido y robustez al resultado de la medida síntesis.

La estrategia metodológica sigue lineamientos y lecturas de bibliografía especializada que dan cuenta del debate contemporáneo referido a la multidimensionalidad de la calidad de vida (Jiménez Romera, 2010; Celemín, Mikkelsen y Velázquez, 2015). Las fuentes de datos usadas son el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda de 2010 (INDEC), el Plan Nacional para la reducción del riesgo de desastres 2018-2023 (Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo -SINAGIR-), información sobre plaguicidas de la Defensor del Pueblo de la Nación (2010), Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) (Ministerio de Seguridad de la Nación) y la contribución de Auge, Espinosa Viale y Sierra (2013) acerca del arsénico en aguas subterráneas en la provincia de Buenos Aires.

Para el análisis de las variables explicativas, las fuentes de datos son el Centro de información y estudios económicos de la provincia de Buenos Aires (https://estudioseconomicos.ec.gba.gov.ar/datos) y los Censos Nacionales de Población, Hogares y Vivienda (2001, 2010).

Tabla 1
Dimensiones, variables e indicadores
Dimensión Variable Indicador Fuente
Educación y Empleo Máximo nivel educativo logrado Condición de actividad Aportes jubilatorios % de población de 20 a 59 años con nivel secundario o polimodal completo % de población de 26 a 59 años con nivel universitario completo Tasa de empleo: % entre la población ocupada y la población de 14 años y más % ocupados que tienen aportes patronales o los realizan por sí mismos INDEC
Saneamiento y vivienda Saneamiento y acceso al sistema de salud Condiciones de la Vivienda % de población en hogares con conexión de agua dentro de la vivienda % de población con Obra social % de población en hogares sin hacinamiento (dos o menos personas por cuarto) % de población en hogares con INMAT-1: materiales resistentes y sólidos en el piso y en el techo, con cielorraso INDEC
TICS Computadora Telefonía % de población en hogares con computadora % de población en hogares con celular % de población en hogares con teléfono de línea INDEC
Ambiente Seguridad, total de hechos delictivos Contaminación Tasa de seguridad (2014) Menor recurrencia de inundaciones (1975-2018) Menor riesgo de contaminación del agua por arsénico. Menor contaminación por uso de plaguicidas Ministerio de Seguridad de la Nación (2022) SINAGIR Auge et al (2013) Defensor del Pueblo de la Nación (2010)
Fuente: Elaboración de las autoras.

Por el enfoque teórico elegido, se seleccionaron variables de beneficio; es decir, aquellas que en sus puntajes más elevados representan las mejores situaciones. Con ellas se diseñó la Matriz de Datos Originales (MdO), que luego se transformó en Matriz de Datos Índice (MdI). A continuación, la MdI se estandarizó sobre puntajes zeta, conformando la Matriz de Datos Estandarizados (MdZ).

Resultados

Sobre las dimensiones e indicadores seleccionados

Educación y empleo se tratan conjuntamente pues en líneas generales el acceso a un mayor y mejor nivel de instrucción facilita ciertas condiciones positivas de trabajo. La educación es central en el marco de los estudios de calidad de vida, dado que acceder a la educación es un derecho previsto en el artículo 26 de la Declaración de los Derechos Humanos (1948), y tiene el rol de empoderar y dar autonomía a los sujetos. Respecto del empleo, es un componente central en el logro de buena calidad de vida: por un lado, dignifica al sujeto y le permite desarrollar sus capacidades; por el otro, genera un ingreso que le posibilita realizar otras actividades o satisfacer las necesidades materiales, como una buena vivienda, mejor cobertura de salud, acceso a educación, tiempo de ocio y recreación. Según la Organización Internacional del Trabajo (1999), el trabajo decente es esencial para el bienestar de las personas. Además de generar un ingreso, facilita el progreso social y económico, y fortalece a las personas, a sus familias y comunidades.

Para su evaluación se han sistematizado y analizado, a escala de los partidos, indicadores que aluden a la variable máximo nivel educativo logrado, a saber: porcentaje de población de 20 a 59 años con nivel secundario o polimodal completo y porcentaje de población de 26 a 59 años con nivel universitario completo, con el fin de cubrir el espectro de los diferentes niveles educativos que permiten alcanzar altos y muy altos niveles de instrucción. También se examinaron datos como porcentaje entre la población ocupada y la población de 14 años y más, y el porcentaje de ocupados registrados (tienen aportes patronales o los realizan por sí mismos).

En la provincia de Buenos Aires se observan valores bajos en la Pampa Patagónica y al noreste de la Pampa Plana, datos que contrastan con valores altos en partidos, por ejemplo, de la Pampa Ondulada. En muchos casos, estas cifras provienen de bajos niveles de población con educación universitaria completa y del nivel de ocupados. Los partidos con menores cifras en estos aspectos son Villarino, Navarro y Ramallo. Por el contrario, los distritos con situaciones más ventajosas son La Plata, Pilar, Pinamar. Los veinte partidos con los guarismos más elevados representan el 44,8 % de la población, muy alejados del 9,6 % correspondiente a los veinte en las peores condiciones.

La dimensión saneamiento y vivienda reúne dos cuestiones centrales para medir la calidad de vida objetiva de los sujetos. Las condiciones de acceso al agua están vinculadas con las condiciones de la vivienda y estas, a su vez, con las posibilidades de preservar el bienestar general, la salud y la integridad de sus residentes. Respecto del acceso a agua segura, en 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas lo reconoció como derecho humano. Le dio continuidad a esta preocupación la Agenda 2030, en la que también se enfatiza en la necesidad de garantizar la disponibilidad de agua (Objetivo 6). La vivienda es el ámbito por excelencia de la cotidianeidad, fundamental para la reproducción biológica de la sociedad. Debe proteger a sus habitantes contra la intemperie, brindar confort térmico y protección contra sustancias o vectores que constituyan riesgos para la salud. Una vivienda que no cumple con requisitos mínimos en cuanto a materiales, tamaño y saneamiento se asocia con mayores tasas de morbimortalidad. En este sentido, el hacinamiento personal colabora en la transmisión de enfermedades, pero también se señala su impacto negativo en la relación con la violencia intradoméstica. En relación con la prevención y tratamiento de enfermedades, la cobertura social privada brinda posibilidades de acceso a la salud por fuera del sistema de gestión pública.

Los resultados obtenidos expresan gran dispersión de las puntuaciones, con profundas diferencias entre los agrupamientos de partidos. Sobre el particular, las peores condiciones se observan en los distritos que circundan al GBA (Cañuelas, Escobar, General Rodríguez, Marcos Paz, Pilar, Presidente Perón y San Vicente), junto con Villarino en la Pampa Patagónica. En este conjunto se ubica el 22,3 % de la población. Los veinte partidos en mejores condiciones incluyen a un porcentaje bajo de la población (14,3 %). La localización de los partidos con los guarismos más favorables muestra la concentración en el oeste de la Pampa Plana, Pampa Alta y Sierras de la Ventana, con los valores más destacados en Puán y Saavedra.

La dimensión TICS se encuentra en directa vinculación con otras como educación, salud, empleo, entretenimiento. Para estudiar la conectividad y comunicación en Buenos Aires, se ha incluido la variable posesión de computadora, herramienta que en la actualidad permite realizar actividades de interacción, educación, gestiones bancarias e incluso administrativas. Además, se evaluaron los indicadores correspondientes a población en hogares con teléfono fijo y población en hogares con teléfonos móviles.

En la provincia de Buenos Aires el 11,4 % de la población reside en los veinte partidos que presentan las situaciones más adversas, mientras que el 44,4 % reside en los distritos más favorecidos en lo que concierne a TICS. En la síntesis de esta dimensión, Presidente Perón, Marcos Paz y San Pedro son los partidos con peor desempeño. Los valores Bajos se distribuyen en la provincia, con preeminencia en la Pampa Deprimida y el oeste provincial. Los valores Altos denotan un claro predominio en toda la provincia, exceptuando la Pampa Deprimida, lo que puede referir a cierto acceso equitativo a la comunicación y conectividad. Mientras en el rango de los valores Muy Altos destacan partidos como Bahía Blanca, Monte Hermoso, Coronel Rosales o Tandil.

La dimensión ambiental es, en el marco de las metodologías estudiadas y empleadas, la de más reciente incorporación en el análisis multidimensional de la calidad de vida. Como expresa Reboratti (2000, p. 8), “el concepto de ambiente engloba a todos los elementos y relaciones que se encuentran dentro de la biosfera, tanto los que son estrictamente naturales como los que han sido producto, en mayor o menor grado, de la intervención humana”. Por tanto, el ambiente también incluye los elementos que fueron alterados por la humanidad. Estas concepciones se han profundizado en el trascurso del tiempo. Así, cada vez más se reconoce la interdependencia del ser humano con la naturaleza, comprendiendo el ambiente como una “totalidad compleja diversa en permanente transformación y autoorganización, cuya configuración surge de la interacción de procesos físicos, químicos, biológicos, tecnológicos, socioeconómicos, políticos y culturales, que hacen emerger sus diversas expresiones territoriales y temporales” (Gazzano y Achkar, 2013). Desde esta concepción, no es posible separar la degradación de la dimensión biofísica del deterioro social ya que ambos son manifestaciones de un mismo problema. La humanidad transforma la naturaleza según sus expectativas existenciales; no obstante, las consecuencias ambientales repercuten de diferente manera en los distintos actores sociales, afectando su calidad de vida (Folch y Bru, 2017). Según la OMS (2019), se estima que en 2012 casi una cuarta parte del total mundial de muertes fue por vivir o trabajar en ambientes poco saludables. Los principales factores de riesgo ambiental fueron la contaminación del aire, el agua y el suelo, la exposición a los productos químicos, el cambio climático y la radiación ultravioleta.1

Para su evaluación, se consideraron las variables de Tasa de seguridad, Menor riesgo de contaminación del agua por arsénico, Menor contaminación por uso de plaguicidas y Menor recurrencia de inundaciones. La tasa de seguridad y su inclusión en esta dimensión se relacionan con el Objetivo 16 de la Agenda 2030: “Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y construir a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas”. Sobre el particular, se considera que la seguridad personal también hace al ambiente socialmente construido. En este aspecto, los distritos en condiciones más desventajosas se sitúan en la Pampa Ondulada, donde se destacan valores bajos provenientes, sobre todo, de los indicadores de inundaciones y la tasa de seguridad. El área de la Pampa Deprimida también tiene numerosos distritos con cifras reducidas, en las cuales es importante el peso de los indicadores de pesticidas, arsénico en el agua e inundaciones. La Pampa Patagónica presenta cifras altas, sin mayores dificultades en los indicadores seleccionados.

Los partidos con menores valores son Escobar, La Plata y San Pedro. Por su importancia en la producción frutihortícola, tienen alta incidencia de contaminación por pesticidas, a lo cual se suman bajas tasas de seguridad. En el sudeste bonaerense se destaca con cifras bajas en la dimensión ambiental el partido de General Pueyrredón, por la alta incidencia de los pesticidas, de amplia aplicación en el cordón hortícola. Por otra parte, los que tienen subíndices más altos son Puán, Villarino y Suipacha. Los veinte partidos con mejores cifras incluyen al 7,5 % de la población, mientras que los veinte con mayores desventajas comprenden el 48 % de la población, lo cual delimita un panorama complejo sobre el que se deberá profundizar.

Índice de calidad de vida objetiva en la provincia de Buenos Aires

El resultado síntesis del índice de calidad de vida construido para la provincia de Buenos Aires permite aseverar una serie de cuestiones que quedan sintetizadas en la Figura 2.

El ICdVO muestra los valores más bajos en los partidos que circundan al GBA: Presidente Perón, Marcos Paz y San Vicente son los tres en peores condiciones. También se advierten situaciones negativas en el sureste de la Pampa Deprimida (General Madariaga, General Lavalle y Tordillo) y en la Pampa Patagónica (Villarino). En la determinación de las situaciones más adversas son de importancia las dimensiones ya analizadas. En este sentido, las cifras muestran el considerable impacto de las variables e indicadores que constituyen la dimensión Vivienda y Saneamiento, en especial los referidos a la calidad de los materiales, las conexiones de agua al interior de la vivienda y el hacinamiento personal.

Los partidos en mejores condiciones, por su parte, se sitúan preferentemente al sur de la Pampa Plana, en la Pampa Alta, Pampa Ondulada, Sierras de la Ventana y Tandilia. En este segmento del índice se destaca el desempeño en las dimensiones educación -nivel universitario completo- y saneamiento -condiciones de la vivienda-. En estas tienen un papel sobresaliente los indicadores correspondientes a calidad de los materiales, conexión de agua al interior del domicilio y una adecuada relación entre residentes y ambientes, medida a través del indicador de hacinamiento personal.

Figura 2
Índice de calidad de vida objetivo provincia de Buenos Aires
Índice de calidad de vida
objetivo provincia de Buenos Aires

Población y economía ¿variables explicativas?

La evaluación y análisis del ICdVO constituye, como indica Velázquez (2016), un indicador sintético explicativo. Por ello, siguiendo la propuesta de ese autor, se toman en consideración dos factores que, se cree, podrían aportar a la explicación de las diferencias en los niveles de calidad de vida en torno al año 2010. En esta oportunidad se apela a la tasa anual de crecimiento intercensal y al producto bruto geográfico per cápita.

La propuesta de medir el nivel de asociación entre calidad de vida y crecimiento demográfico tiene varios antecedentes en la Argentina, tanto a escalas de departamentos o partidos (Velázquez, 2016) como de aglomerados urbanos (Gómez y Velázquez, 2014).

Al respecto, se afirma “que el peor cuadro situacional sería que sean más dinámicas las zonas de menor calidad de vida” (Gómez y Velázquez, 2014, p. 170). Para la evaluación conjunta de la tasa anual de crecimiento intercensal y el índice objetivo de calidad de vida se reagruparon los partidos en función del cambio poblacional (Tabla 2).

Tabla 2
Índice de calidad de vida objetivo (2010) según Tasa anual de crecimiento intercensal (2001-2010)
Categoría según tasa de crecimiento intercensal (2001-2010) Tasa de crecimiento promedio (2001-2010) (‰) ICdVO promedio (2010)
Negativo ( < 0,0 ‰) -2,38 0,61
Lento (0,0 - 12,0 ‰) 6,00 0,16
Medio (12,0 - 25,0 ‰) 17,27 -0,28
Acelerado (> 25,0 ‰) 30,50 -1,74
Fuente: Elaboración de las autoras.

Los resultados obtenidos expresan que el coeficiente de correlación de Pearson entre ambos indicadores es -0,97, y el R. es 0,96. Es decir, entre ambos hay una fuerte asociación estadística, como se observa en el gráfico de dispersión (Figura 3). De este modo, los partidos agrupados en categorías de cambio demográfico nulo o lento son los que tienen mayores niveles de calidad de vida. Por el contrario, en los de ritmo acelerado los índices de calidad de vida tienden a mostrar las peores condiciones y una profunda brecha respecto de las restantes categorías. Esta situación configura un panorama difícil en contextos de gran crecimiento demográfico pero escasa planificación, así como de regresividad de los ingresos y alta inestabilidad económica.

Figura 3
Tasa anual de crecimiento intercensal (2001-2010) - Índice de calidad de vida objetivo (2010)
Tasa anual de crecimiento intercensal (2001-2010) - Índice de calidad de
vida objetivo (2010)
Fuente: Elaboración de las autoras.

Para la evaluación conjunta del producto bruto geográfico per cápita y el índice objetivo de calidad de vida, los partidos se reagruparon en función del indicador macroeconómico (Tabla 3).

Tabla 3
Índice de calidad de vida objetivo (2010), según PBG (2003)
Clasificación según PBG p/c (en miles) PBG p/c (2003) ICdVO promedio (2010)
Muy alto (mayor a 15) 18,15 0,36
Alto (12 a 15) 12,91 0,02
Bajo (10 a 12) 10,46 0,04
Muy bajo (menor a 10) 7,73 -0,43
Fuente: Elaboración de las autoras.

De la evaluación del PBG y su posible asociación estadística con el ICdVO surgen un coeficiente de correlación alto (0,93) y un R. de 0,86 (Figura 4). Si bien Velázquez (2016) realiza una serie de aclaraciones acerca del PBG por las condiciones de distribución del ingreso en economías capitalistas, en los partidos analizados, y para esa escala, se coincide con la afirmación de que “Es evidente que los contextos con escasa generación de riqueza resultan claramente adversos para mejorar las condiciones de vida de la población” (p. 167). A su vez, el citado texto hace referencia a la diferencia entre riqueza generada y riqueza percibida, por lo que no necesariamente lo generado se distribuye localmente, y aun cuando ocurra, no necesariamente se traduce en mejoras en salud, educación u otra dimensión. El análisis realizado muestra que los partidos con PBG per cápita más altos pueden asociarse a mayor producción y, por tanto, repercutir en el nivel de empleo, con lo que se pueden generar mejores condiciones para sus habitantes. Para profundizar sobre este aspecto sería importante obtener un indicador como el coeficiente de Gini, dada su aplicación para medir la desigualdad de ingresos.

Figura 4
Producto Bruto Geográfico per cápita (2003) - Índice de calidad de vida objetivo (2010)
Producto Bruto Geográfico per cápita (2003) - Índice de calidad
de vida objetivo (2010)
Fuente: Elaboración de las autoras.

Conclusiones

El objetivo del artículo ha sido analizar la calidad de vida objetiva de los habitantes de los partidos de la provincia de Buenos Aires (Argentina) y explicar las diferenciaciones territoriales a partir de dos variables como el Producto Bruto Geográfico (PBG) per cápita (2003) y la Tasa anual de crecimiento intercensal (2001-2010), para evidenciar desigualdades territoriales producto de diversos procesos que se cristalizan en el espacio provincial

Las 110 unidades administrativas estudiadas muestran una configuración espacial desigual, con brechas que dejan en evidencia las diferenciaciones entre quienes alcanzan y quienes no condiciones para aproximarse a una medida de logro como la calidad de vida.

En promedio, los 89 partidos estudiados se ubican en el intervalo de los valores bajos (índice promedio -0,26) y altos (calidad de vida media 0,37) del ICdVO. Dentro de este conjunto, 51 jurisdicciones tuvieron un valor ubicado en el rango alto, alcanzando al 47 % de la población. Sin embargo, esta situación no es suficiente para dejar a un lado los restantes distritos, donde sus habitantes tienen condiciones muy disímiles, lo que muestra la polarización existente. Preocupa, en especial, que en 50 jurisdicciones el índice de calidad de vida oscile entre cifras muy bajas (12 partidos, 17 % de la población) y bajas (38 partidos, 24,5 % de la población). En oposición, el 11 % de la población goza de situaciones de muy alta calidad de vida, de acuerdo con los parámetros considerados. La distancia de 2,7 puntos entre los extremos del ICdVO sostiene la falta de equidad presente en la Provincia, representada en la extensión de condiciones intermedias y los extremos ya indicados.

En el conjunto de los resultados obtenidos, la atención debe ser colocada en la lista de quienes ocupan los 10 puestos más comprometidos, dado que son los habitantes de esos partidos los que están atravesando las peores situaciones de equidad. Estos 10 partidos reúnen el 15 % de la población estudiada, y la mayoría de ellos (7) se ubican en torno al GBA. En ellos resaltan las peores brechas en la dimensión Saneamiento y Vivienda. Sobre el particular, las diferencias en puntos porcentuales entre el grupo de ICdVO Muy Bajo y Muy Alto son de 21 en la calidad de los materiales, 17 en conexión de agua dentro de la vivienda y hacinamiento personal, y 16 en obra social.

Los resultados muestran, en fin, que los distritos en peores condiciones tienen además fuertemente comprometida la salud y las vivencias cotidianas, evaluadas de forma indirecta a partir de los indicadores de vivienda y conexión del agua. Por consiguiente, las definiciones de obra pública y aprovisionamiento de servicios deben centrarse en trabajar sobre el acceso al agua segura y de calidad, así como al saneamiento en vistas del acercamiento efectivo a los objetivos de sustentabilidad 2030 y, más aún, cumplir con derechos básicos declamados por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010. De igual modo, es imperioso el trabajo para que todos los habitantes cuenten con viviendas adecuadas, donde el hacinamiento deje de ser un problema que evidencia marcas territoriales de carencia, promiscuidad, contagio de enfermedades, las que a su vez devienen de la imposibilidad de acceder a trabajos registrados y con salarios que permitan la satisfacción de las necesidades. Se trata de cuestiones que afectan la posibilidad de comunicación y conexión, no sólo por placer o divertimento, sino también como un derecho de conexión y de acceso a ciertos bienes que la modernidad aporta y a los que no se accede equitativamente en los partidos analizados.

La posibilidad de evaluar la asociación entre el índice y otros indicadores ha mostrado una relación fuerte y negativa entre ICdVO y crecimiento poblacional, con lo cual se concluye que los partidos de mayor dinamismo demográfico son los que se encuentran en peores situaciones. La asociación entre calidad de vida y PBG per cápita, por el contrario, es positiva; es decir, los partidos con mayor producción son los que mayores ventajas tienen. Estas situaciones aumentan la distancia entre distritos y su sostenimiento en el tiempo profundiza situaciones difíciles para quienes tienen los peores niveles de calidad de vida.

Por último, avanzar en la posibilidad de complejizar las fuentes de información consultadas, incluir las que hasta el momento no están disponibles y procurar la aproximación, de la mano de otro tipo de estudios, a la compleja realidad que se vive intradepartamentalmente son líneas de avance que proyectan hacia adelante la continuidad del trabajo emprendido con este artículo.

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Notas

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